Publicado por Reality Realty | Fecha: septiembre 30, 2011
Una vivienda que se ajuste a la realidad económica del país. Ese es el objetivo que persigue el sector de los constructores de hogares, que se encuentra inmerso en pleno proceso evolutivo con miras a satisfacer la demanda real de vivienda que existe en la Isla.
En un país en el que el 45% de la población tiene ingresos por debajo del nivel de pobreza, según los estándares federales, y el salario promedio fluctúa entre los $12,000 y $14,000 anuales, formular un modelo de vivienda asequible se convierte no solo en una necesidad para miles de familias, sino que representa para la industria un importante nicho de oportunidades.
La idea es cómo hacemos un modelo de negocios compatible con el modelo económico de la Isla… Cómo balanceamos los costos para crear valor, manifestó el arquitecto Hans Moll, presidente de la Asociación de Constructores de Hogares (ACH).
Miembros de la organización se reunieron ayer durante el primer día de su convención anual para discutir los componentes de ese modelo de vivienda económica.
El concepto propuesto no solo conlleva una redefinición del diseño sino que requiere también una reducción de los costos de construcción, principalmente de los cargos gubernamentales que hoy representan alrededor de un 20% del valor de un inmueble.
Para comenzar a definir la idea, la ACH llevó a cabo un ejercicio en el que miembros de la industria concibieron una vivienda económica que se ajustara a los distintos renglones de los costos de construcción, y tomara como base que una persona con el ingreso mínimo federal podría adquirir una propiedad de unos $67,000 con el interés hipotecario prevaleciente.
Los arquitectos Ángel Cocero Cordero y Ricardo Álvarez Díaz, así como el ingeniero Adolfo González y el secretario de la Vivienda, Miguel Hernández Vivoni, presentaron cada uno sus respectivos diseños, que tenían como denominador común una estructura más compacta con un solar más pequeño y la capacidad de ser ampliada a tono con la necesidad de sus moradores.
Álvarez Díaz sostuvo que la reformulación de la vivienda de bajo costo tiene que ir acompañada de una iniciativa educativa que saque de la mente de los ciudadanos la idea de que la casa ideal es aquella con tres habitaciones.
La necesidad es lo que va creando el cambio, subrayó el arquitecto Álvarez Díaz.
Todos los diseños presentados ayer eran modelos duplex, casas de hilera, casas patio o walk-ups de dos habitaciones, y la fachada tenía el mínimo de detalles -sin marquesinas ni cocheras- pero la mayoría eran inmuebles expansibles que permitirían a sus propietarios hacerles mejoras que amplíen sus dimensiones.
Por ejemplo, Cocero Cordero, presidente del Comité de Construcción Verde de la ACH, mostró un modelo en el que la vivienda de una habitación tenía un precio de venta de $56,498, y la de tres habitaciones, de $71,100. Ambas dejaban un margen de ganancia al desarrollador de 11%.
Mientras, Álvarez Díaz, de Álvarez Díaz Group, presentó un modelo duplex de 600 pies cuadrados y un lote de 136 metros cuadrados cuyo costo para el desarrollador ascendía a $67,900, y el precio de venta era de $80,000.
Del costo total del inmueble, $12,050, o un 20% correspondía a los cargos gubernamentales por concepto de arbitrios, patentes, pago de exacciones por impacto (impact fees), entre otros impuestos.
Esa fracción del valor total de la vivienda correspondiente a los cargos del Gobierno se repitió modelo tras modelo, lo que, según Moll, hace del desarrollo de unidades de bajo costo una inversión riesgosa porque, aunque existe un mercado para esas propiedades, el margen de ganancia para los desarrolladores de este tipo de inmueble es mínimo.
Hernández Vivoni reconoció que los costos gubernamentales representan una carga significativa para el desarrollo de viviendas de interés social, y afirmó que se evalúan alternativas que permitan reducir esas partidas de manera que se pueda reflejar esa merma en el precio de venta de la propiedad.
El titular de la Vivienda destacó que una ley vigente desde julio pasado dispone que aquellos desarrolladores que trabajen en sociedad con esa agencia estarán exentos del pago de todo tipo de arbitrios.
Hernández Vivoni reiteró que esa alianza podría materializarse si los constructores de hogares levantan sus proyectos en terrenos que el Departamento de la Vivienda pondría a su disposición gratuitamente.
El Gobierno también evalúa reducir el pago del impuesto al consumo, disminuir los pagos de patentes y el pago de contribuciones sobre la ganancia por unidad de todos los proyectos nuevos de bajo costo.
Hasta el momento, Vivienda ha identificado 10 lotes alrededor de la Isla donde podrían comenzar las construcciones de inmediato.
Nueva fórmula de vivienda
Una vivienda que se ajuste a la realidad económica del país. Ese es el objetivo que persigue el sector de los constructores de hogares, que se encuentra inmerso en pleno proceso evolutivo con miras a satisfacer la demanda real de vivienda que existe en la Isla.
En un país en el que el 45% de la población tiene ingresos por debajo del nivel de pobreza, según los estándares federales, y el salario promedio fluctúa entre los $12,000 y $14,000 anuales, formular un modelo de vivienda asequible se convierte no solo en una necesidad para miles de familias, sino que representa para la industria un importante nicho de oportunidades.
La idea es cómo hacemos un modelo de negocios compatible con el modelo económico de la Isla… Cómo balanceamos los costos para crear valor, manifestó el arquitecto Hans Moll, presidente de la Asociación de Constructores de Hogares (ACH).
Miembros de la organización se reunieron ayer durante el primer día de su convención anual para discutir los componentes de ese modelo de vivienda económica.
El concepto propuesto no solo conlleva una redefinición del diseño sino que requiere también una reducción de los costos de construcción, principalmente de los cargos gubernamentales que hoy representan alrededor de un 20% del valor de un inmueble.
Para comenzar a definir la idea, la ACH llevó a cabo un ejercicio en el que miembros de la industria concibieron una vivienda económica que se ajustara a los distintos renglones de los costos de construcción, y tomara como base que una persona con el ingreso mínimo federal podría adquirir una propiedad de unos $67,000 con el interés hipotecario prevaleciente.
Los arquitectos Ángel Cocero Cordero y Ricardo Álvarez Díaz, así como el ingeniero Adolfo González y el secretario de la Vivienda, Miguel Hernández Vivoni, presentaron cada uno sus respectivos diseños, que tenían como denominador común una estructura más compacta con un solar más pequeño y la capacidad de ser ampliada a tono con la necesidad de sus moradores.
Álvarez Díaz sostuvo que la reformulación de la vivienda de bajo costo tiene que ir acompañada de una iniciativa educativa que saque de la mente de los ciudadanos la idea de que la casa ideal es aquella con tres habitaciones.
La necesidad es lo que va creando el cambio, subrayó el arquitecto Álvarez Díaz.
Todos los diseños presentados ayer eran modelos duplex, casas de hilera, casas patio o walk-ups de dos habitaciones, y la fachada tenía el mínimo de detalles -sin marquesinas ni cocheras- pero la mayoría eran inmuebles expansibles que permitirían a sus propietarios hacerles mejoras que amplíen sus dimensiones.
Por ejemplo, Cocero Cordero, presidente del Comité de Construcción Verde de la ACH, mostró un modelo en el que la vivienda de una habitación tenía un precio de venta de $56,498, y la de tres habitaciones, de $71,100. Ambas dejaban un margen de ganancia al desarrollador de 11%.
Mientras, Álvarez Díaz, de Álvarez Díaz Group, presentó un modelo duplex de 600 pies cuadrados y un lote de 136 metros cuadrados cuyo costo para el desarrollador ascendía a $67,900, y el precio de venta era de $80,000.
Del costo total del inmueble, $12,050, o un 20% correspondía a los cargos gubernamentales por concepto de arbitrios, patentes, pago de exacciones por impacto (impact fees), entre otros impuestos.
Esa fracción del valor total de la vivienda correspondiente a los cargos del Gobierno se repitió modelo tras modelo, lo que, según Moll, hace del desarrollo de unidades de bajo costo una inversión riesgosa porque, aunque existe un mercado para esas propiedades, el margen de ganancia para los desarrolladores de este tipo de inmueble es mínimo.
Hernández Vivoni reconoció que los costos gubernamentales representan una carga significativa para el desarrollo de viviendas de interés social, y afirmó que se evalúan alternativas que permitan reducir esas partidas de manera que se pueda reflejar esa merma en el precio de venta de la propiedad.
El titular de la Vivienda destacó que una ley vigente desde julio pasado dispone que aquellos desarrolladores que trabajen en sociedad con esa agencia estarán exentos del pago de todo tipo de arbitrios.
Hernández Vivoni reiteró que esa alianza podría materializarse si los constructores de hogares levantan sus proyectos en terrenos que el Departamento de la Vivienda pondría a su disposición gratuitamente.
El Gobierno también evalúa reducir el pago del impuesto al consumo, disminuir los pagos de patentes y el pago de contribuciones sobre la ganancia por unidad de todos los proyectos nuevos de bajo costo.
Hasta el momento, Vivienda ha identificado 10 lotes alrededor de la Isla donde podrían comenzar las construcciones de inmediato.
Articulo de: endi.com